Steve Jobs, cofundador de Apple falleció este miércoles tras anunciar hace poco más de un mes su renuncia a la empresa por motivos de salud. Entonces los expertos estuvieron dividos sobre si Apple seguiría marcando el paso en materia de innovación tecnológica.
Aunque los graves problemas de salud de Steve Jobs eran conocidos, los mercados recibieron en agosto pasado la noticia de la renuncia de su dimisión como presidente de la empresa como un jarro de agua fría: la segunda compañía del mundo por capitalización bursátil, en excelente salud financiera, caía más del 5% en los intercambios electrónicos tras el cierre de la Bolsa de Nueva York.
Desafíos heredados
¿Logrará Apple inventar productos tan revolucionarios como el iPod, el iPhone o el iPad sin Steve Jobs?
"La gente a la que le gusta la alta tecnología y la informática se dice: '¿pero quién nos va a proteger ahora de la mediocridad y de los productos baratos'?", se preguntó Jean-Louis Gassée, antiguo directivo de la empresa de la manzana que frecuentó a Steve Jobs en los años 1980.
Pero el gabinete Gartner fue mucho más optimista. "Pienso que Apple va a salir airoso", estimó el analista Van Baker. "Es cierto que marca el fin de una era, pero no hay que olvidar que Apple es mucho más que una persona", dijo su colega Michael Gartenberg.
Esta fue también la opinión de Frédéric Filloux, autor de Monday Note, una publicación especializada sobre el sector de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación.
"No pienso que sea una catástrofe, ha tenido mucho tiempo para preparar su sucesión e instalar una cultura de empresa y una organización interna, con personas de confianza que la van a perpetuar", afirmó, al recordar que los primeros problemas de salud de Jobs remontan a 2004.
"Es cierto que Steve Jobs era el gran visionario, pero también lo supo inculcar a la gente", agregó.
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